Querido color rosa,
Las niñas te quieren. ¿Qué sería de mi infancia sin ti, color rosa?
Eras mi muñeca de plástico más valiosa.
Dulce susurro de una nana armoniosa.
Vestido de princesa, mi varita luminosa.
Mi hada madrina afable y cariñosa.
La nostalgia me consume…, vuelve color rosa.
Querido color rosa,
Lo insípido te envidia. ¿Qué sería de lo dulce sin ti, color rosa?
Mi niña interior se despierta al percibir tu fragancia deliciosa.
Eres muy azucarada, la galleta más cremosa hábil pastelera, golosina apetitosa.
Beso de fresa y nata.
Tormenta de azúcar suscitada por la dulzura de una diosa.
Eres la pastilla cuyo valor curativo hace más milagros que otra cosa,
y tu versión jarabe no se queda lejos.
Sin ti la mermelada ya no sería tan gustosa.
No te pases de dulce, color rosa.
Querido color rosa,
Lo opaco te teme. ¿Qué sería de la naturaleza sin ti, color rosa?
Tu que adornas los aceitunos con flores clamorosas.
Besuqueas las praderas, coloreas pétalos de peonias mimosas.
Primavera ha llegado, lo marca el revoloteo de una agraciada mariposa.
Florecen los brotes del cerezo.
China se tiñe de rosa,
los pajarillos vuelven,
el sol es la sortija más lustrosa. ¿Qué sería del mundo sin ti, color rosa?
AUTORA: CRISTINA PIÑEL
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